Relación del Kiwi y el filósofo
:::Filosofía para Todos y para Nadie:::

noviembre 15, 2006

Aforismo del Kiwi

El filósofo genera soluciones específicas, de igual modo que las genera, urge aún más, la necesidad de seguirse preguntando...un tanto por la realidad que lo rodea y, otro tanto, por su ingenio natural de descubrirse como persona y de apasionarse por averiguar qué es, qué hace aquí, de dónde procede, a dónde se dirige, que le gusta y qué le disgusta...

Reconoce, en ese proceso de formación, algunas de sus limitaciones más próximas, que le fortalecen en su caminar, pues, siendo consciente de todo ello, sabe y aprende a valorar lo que se le ha dado, y lo que ha conseguido. El fiósofo es, en sí, una entidad dotada de muchas capacidades y, como se mencionaba al principio, de mucho ingenio.

Un filósofo que no transforma su medio en donde vive, no es y nunca será digno de ser llamado filósofo...éste no ha querido dar una paso más en esta lustre opción por la verdad. Todo filósofo va más allá de simples teorías y elegantes discursos, éste emprende, como muchos, la labor de su prédica y de sus ideas. Se parte de la tierra y su entorno y se finaliza en lo mismo.

He aquí planteada la analogía o el aforismo de éste Kiwi con el filósofo.

Estás limitado, pero ideas otra realidad de superación.

Kiwi!
Tags:


 
posted by Jorge Andrés at 11/15/2006 09:59:00 a. m. |Enlace permanente | 0 comments
Medellín, Moravia y la ciudadela olvidada
:::Filosofía para Todos y para Nadie:::

noviembre 09, 2006

LA HERRADURA ECO DE LA CIUDAD ALZHEIMER

Un trabajo investigativo realizado por cuatro estudiantes de la UPB-Medellín.

La herradura es un asentamiento de desplazados donde confluyen pasado, presente y futuro en un mismo tiempo y espacio, donde las risas y las lágrimas se confunden y dejan ver una misma realidad, a veces trágica, indigna, irreal, sin sentido y a veces alegre, cautivadora, engreída y orgullosa.
Compuesta por 32 familias que habitan lo inhabitable y que confunden la realidad exterior con su propia realidad y a veces en la confusión de su eterno presente se olvidan de quienes son, de que hay otras realidades mas “habitables” y que su entorno no es su entorno sino el de todos.
En la herradura esta la huella de muchos que han pasado y han dejado plasmada la obra de una ciudad perdida y confundida en el ruido de otra ciudad; la moderna y venerada Medellín que entre lujosos centros comerciales, grandes edificios, hermosas calles y el metro (orgullo paisa), a opacado a aquellos protagonistas de la calle que cada día se convierten en los constructores de la ciudad. Y que ignorados siguen siendo los actores principales que representan nuestros bajos instintos, nuestras pasiones y nuestros deseos más intensos, que ocultamos en el ruido y la apariencia.

¿Qué los trajo?

Las brisas de la violencia, el caos y la desesperación, no saben que es la vida pero huyen de la muerte y se refugian allá donde la muerte misma habita, por que entre mas cerca menos peligrosa, huyen de un pueblo que mata la conciencia de su pueblo, pero ellos mismos ya viven inconcientes, huyendo de la realidad han construido una nueva realidad.

¿Qué habitan?

No habitan, simplemente se refugian allá donde la mierda se confunde con el sol y donde la basura de la “ciudad” se convierte en el abrigo que da calefacción, y la venta de lo que los otros han votada les da el mendrugo de cada día.
Han construido enormes edificios de “basura”, territorios laberínticos que solo ellos pueden descifrar, allí mismo donde se han perdido ilusiones, sueños y deseos, también se ha encontrado la manera mas discreta de burlar la misma vida y hasta de burlar la misma muerte.

¿Y cual es su historia?

Su historia es nuestra historia, la historia que hemos creado y de la cual huimos como cachorros asustados, esa historia que vemos pasar y la miramos con indiferencia y a veces con ignorancia, por que nos sentimos débiles para enfrentar nuestra obra, tal parece que pintamos nuestra obra de espaldas a ella, o ha ciegas y entre tientas.

¿Sus grandes protagonistas?

Los niños estudiantes de la calle, que con su cara de inocencia ya tapada con el barro, ya tapada con la mugre; genera lastima y compasión y provoca la ayuda en dinero o en comida, de aquellos que han robado parte de su pan, y han robado su pan por que cada niñ@ que nace, nace con su pan debajo del brazo y si su pan desaparece es por que otros tienen dos, les han robado el suyo.

¿Y el futuro?

Confuso e incierto, por que crecerán hombre y mujeres mud@s, por que no aprendieron el lenguaje de la mal llamada civilización y por que su educación no fue en la “escuela” ni en la U, fue en la calle y en la casa, que es lo mismo que la calle.

La herradura es la replica de una ciudad desmembrada, donde muchos han sido los pintores que con su vida han dibujado la ciudad que habita en su interior convulso y monstruoso, allí se han encontrado el pordiosero, la prostituta, el drogadicto, el alcohólico, el delincuente, el buen cristiano, el hombre de bien, la mujer honrada, todos han sido y seguirán siendo jugadores que han jugado ó muy bien o muy mal sus ficha en el juego de la vida.

Todos indiferentes a sus diferencias siguen construyendo su ciudad y la ciudad donde todos habitamos, ya no podemos escapar de ellos o ignorar su presencia entre nosotros, somos también como ellos, ellos hacen parte de nosotros, nos confrontan y nos interpelan en el fortuito cambiar de los tiempos, hoy son ellos, mañana serán otros o talvez nosotros, pero la ciudad sigue cambiando y la seguimos construyendo por que somos seres indeterminados, recreadores del mundo donde habitamos.

En la herradura se vislumbra las tres clases de ciudad de las cuales habla Jordi Borja: la oficial, la ideal y la irreal e interactúan las tres clases de ciudadanos: los que residen en ella, los que trabajan en ella y los que la usan de forma intermitente, en fin sus habitantes llegaron allí a escribir parte de la obra citadina, por que el espacio por si solo no era nada, hasta que ellos llegaron a darle vida y han construido no solo la parte física de la ciudad, sino también la ciudad sentida y vivida en nuestros idearios comunes y colectivos.

Muchos han estado y se han ido pero “el lugar que dejamos, es el lugar que habita en nosotros para siempre”; otros no han estado y rechazan cualquier posibilidad de estar allí, pero “lo que rechazamos, es lo que muchas veces se nos acerca con mucha mas familiaridad”.

Así la herradura constituye la ciudad estéticamente construida desde el caos, los bajos instintos, el placer, la emoción, y la sensualidad, un territorio para nadie y para todos, lugar por excelencia donde se refugian todos los referentes prohibidos de la ciudad, y donde la vida fluye de manera libertina y por ello genera en algunos lo que Borja llama la “Agorafobia urbana” que no es mas que una enfermedad de clases por que refuerza el discurso segregador y negador de la ciudad, por que aquellos que se les quiere sacar, se han convertido en los protagonistas de la ciudad.

Y como dice Richard Uribe, en estos personajes que se refugian en la herradura se encuentra retratada nuestra propia realidad humana, nuestros propios deseos, impulsos y emociones, nuestro yo. Ese yo que la “alta sociedad” nos prohíbe dejar salir y para el cual desearíamos tener Alzheimer e ir olvidándolo poco a poco, hasta ya no desearlo mas, pero todos esos indeseables instintos vuelven a nosotros, como un eterno retorno cada día mas fuerte y con mas intensidad.

:::Algunas Fotografías:::


Image Hosted by ARSIMAGE HOST

Image Hosted by ARSIMAGE HOST

Image Hosted by ARSIMAGE HOST

Image Hosted by ARSIMAGE HOST

Image Hosted by ARSIMAGE HOST

Image Hosted by ARSIMAGE HOST

Para ver más fotografía y pedir información adicional sobre este artículo
escriba a comunidadfas@yahoo.com

 
posted by Jorge Andrés at 11/09/2006 02:19:00 p. m. |Enlace permanente | 2 comments